Capítulo 4: Inauditas Revelaciones
Sección 1: Un ángel con algo de ogro
Corregido por Alexis García Hernández
—¿Los ángeles existen entonces? ¿Por qué afirmas que no somos tan humanos? ¿Cómo se puede encubrir toda la existencia de lo sobrenatural? —indaga Alex de carretilla, cada vez más interesado en la conversación.
—Los ángeles existen, como las sirenas, los hechiceros, los trolls, los orcos, un sinfín de mitos —explicó Rosanna—. Básicamente, se clasifican en 4 clases sobrenaturales: criaturas humanoides inteligentes, animales fantásticos, como el caso del mushky, y luego están los demonios, y los espíritus. Existen tantos seres mágicos que ni te imaginarías. Generalmente, hay que ser sobrenatural, para distinguir lo sobrenatural en su estado más puro. Por ejemplo, un humano corriente vería sólo un husky, no es capaz de divisar la estrella de seis puntas, o viera un girasol, no una sidralia, con sus polvos de sidra invernales.
—Bueno, hasta el último momento vi un simple girasol, en esa planta mágica qué cultiva mi madre. —Comenta Alex.
—Aunque eres sobrenatural, sobrino, no te has abierto a creer en la magia. Como te decía, esto ocurre con numerosos elementos mágicos. Su mente humana les engaña, aunque hay sus excepciones. —Rosanna continuaba la disertación. —Por ejemplo, un humano común, reconoce a un vampiro en su forma de transformación, pero al instante, esto le produce una migraña. Todo lo que se ve en películas no es cierto. Los hechiceros y ángeles regulan habitualmente el mundo sobrenatural.
—Existen lo que se le denominan las líneas geománticas que se interceptan en diversos puntos entre tierra y mar. Si estás alejado de ellos, es más difícil desarrollar tus habilidades mágicas o sobrenaturales. La mayoría de nosotros viven por ahí en ciudades escondidas y mágicas, otros toman su forma humana y conviven como ellos. Pero en nuestra forma natural, no suelen avistarnos. Claramente, esta transformación, sólo es posible en aquellos seres mágicos de nacimiento. No te aburro más, hay tanto que no sabes, con el tiempo te irás adaptando a esta nueva realidad, pero ten en cuenta no absolutizar nada en el mundo mágico—finalizó Rosanna.
Alex, que para nada estaba aburrido, iba descubriendo un mundo más allá de las computadoras y los viajes espaciales.
—No te mentiré, aun me cuesta creer en la existencia de vampiros y duendes por las calles. —afirma Alex con algo de miedo. Rosanna le sonrió.
—Existen, obviamente, mientras se mantengan vivas las líneas mágicas; algunos apuntan a la magia como el quinto elemento básico, erigido por los Dioses Aldobianos. Se menciona en forma de código secreto en el Aldian, un libro tan mágico como tan humano. Muchos misterios han sido descubiertos por la comunidad mágica, y se le conoce actualmente como el código secreto mushky, por ciertas relaciones numerológicas entre sus colmillos y las lecciones de nuestros dioses —Alex estaba pasmado, pero no quiso interrumpirle—
—La magia como tal es dominada por los hechiceros, los cuales realizan evocaciones con gemas elementales. Luego le siguen, los centauros, también grandes dominadores. — Rosanna intentaba resumirle lo básico. —Otras criaturas pueden realizar magia, pero se muestra más débil. Por ejemplo, tu madre la usó cuando limpiaba el desorden del galgog, ya que los ogros son capaces de usarla si la extraen de la naturaleza, para lo cual hay disímiles maneras. Y sí; tu madre es un ogro, pero no te horrorices, con los estereotipos de la sociedad.
—Tienes la certeza de que tu madre es una santa —menciona Casimir, analizando los gestos de Alex. —. Con sus gustos raros, pero eso es característico de su raza. Tampoco todos los vampiros son malos, como mismo todas las hadas no son buenas. El bien y el mal no se relaciona a lo que eres, sino a tu condición humana. Todos cargamos con luz y oscuridad en nuestra alma, y es nuestra decisión la parte a la que obedecemos.
—Exacto, yo, en cambio, obviamente soy una banshee, pero no poseo una forma oficial de transformación como Linda, por así decirlo. Cuando me transformo, prácticamente soy la misma, a veces me cambian de color las uñas, o me crece la nariz, o me salen granitos en la oreja, o mis cabellos cambian de color a naranja. Ya has observado, qué incluso en mi forma humana, no soy muy agraciada, y además, viste que aún puedo tratar de ocultar estos rasgos de banshee, pero soy peresoza, y prefiero que me acepten como soy. Por eso lo de los gritos, anunciamos la muerte, lo evito créeme, pero, si los oyes, eres sobrenatural, sin duda —afirmaba Rosanna.
—No puede ser que yo, ¡ya veo! Mi madre es un ogro, Casimir tal vez sea un orco ¿Cómo diablos siendo hermanas son de especies tan distintas? No puedo sostener, como hablaste antes de los dioses de Aldobi, como si fueran reales. —Incordió Alex con burla. Lo escuchaba todo con detenimiento, pero no sabía en qué creer, suponía demasiado de un tirón.
—Los nuestros existen, y te lo puedo asegurar por una experiencia personal—explicó Casimir—. De otras religiones, no me gusta opinar, pero todas las creencias contienen verdades espirituales. Comprende que el universo es infinito, y precisa de mucha atención. Dios, es sólo una palabra humana que se usa para expresar una dimensión superior de lo sobrenatural, que no podemos etiquetar, y del que sabemos muy poco. Dios está en cada uno de nosotros, y está en todas las cosas, si eso lo perciben como una única conciencia o millones de ellas, es una cuestión de apreciación.
—Has leído que Dios, o los Dioses, se describen como omnipotente, que significa sin límites de creación; omnisciente, que significa que todo lo sabe; y omnipresente, que significa estar presente en todas partes en todo momento, sin límites en su intrusión. Pero semejante poder, conlleva responsabilidad, no deben interferir innecesariamente, en los asuntos de los hombres y de las criaturas, se respeta el libre albedrío. —Casimir hace una pausa, Alex comprendía cuan complejo es el concepto de Dios.
—En cuanto al tema de tu parentela, la respuesta se simplifica, hoy todos somos mestizos. Las mezclas entre especies mágicas han dado lugar a estas problemáticas. ¿Cómo crees que surgen nuevas especies? Por ejemplo, conozco un caso de una pareja de hombres lobo que tuvieron hijos elfos, al parecer por un antepasado paterno. Rosanna es una banshee, por la parte de madre, mi adorada hermana Rose. Linda, en cambio es un ogro, por tu abuelo Sergio. Siempre gozarán algo de ambas partes, ya que la línea directa más fuerte es la de padres a hijos. Aquellos elfos podían de hecho transformarse en lobos, pero no dejaban de ser elfos. Es un caso sumamente extraño, pero así entiendes la idea. Todo se rige por leyes básicas de la magia. En buen aldobiano, se jala más para algún lado, y yo no soy un orco, para mi suerte. Soy un ángel, pero no sabemos a quién debo tal honor.
—De hecho, aunque no es lo más común, dos personas no sobrenaturales pueden concebir uno que sí lo sea —agregó Linda para redondear la idea.
—¡Mis dos bellos hijos también eran ángeles! Nunca podré olvidarlos—dijo Casimir, pero pronto se arrepintió de recordar aquella tragedia—. Rod es un ángel, mi único nieto sobreviviente. Y para que te empapes, igualmente, tú lo eres, debido a tu padre Alex. Todos coincidimos que por hoy es suficiente con este dato, como mismo tampoco te hablaremos de lo que que pasó cuando tenías dos años. Ni siquiera Rod tiene recuerdos de ese día —Afirmó Casimir con una tristeza notable.
Alex no había sospechado que fuese sobrenatural, mucho menos un ángel cruzado con ogro. Ni siquiera poseía poderes. Pero, ¿acaso aquel suceso en el jardín fue auténtico? Por lo que apreciaba de si mismo, había nacido como humano, pero según Casimir, erraba en esa percepción. “Su padre también se llamaba Alex Red”, examinó con tristeza y resentimiento.
—Más pronto de lo que piensas, irás asimilando toda la historia familiar —agregó Casimir al ver la congoja del muchacho.
Hacía rato, que se escuchaban unos extraños ruidos provenientes de la azotea. Alex quería investigar.
—Esos molestos rumpin, les gusta jugar con sus excrementos, y siempre en los mismos horarios. Son unos animalitos malévolos qué suelen vivir en las casas de ricos. Ahorita me encargo de ellos, con un poco de veneno de ratones —planteó Casimir, y aunque a Alex le pareció cruel, supuso que sabía lo que hacía.
—Bueno, ok ¿me pudieras explicar algo sobre el galg… lo que sea que me atacó en Epson? ¿Todavía estoy en peligro? ¿Y todos esos polvos?, ¿el sidrolito?, el espara-ca, ¡no sé!, son muchas dudas. Necesito comprender un poco las circunstancias de mi presente. ¿Cómo es que soy un ángel?, pues ni leo mentes, y ¡ni sé qué hacen los ángeles!—Alex seguía confuso, como era de esperar.
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